IR A LA PÁGINA PRINCIPAL

jueves, 25 de febrero de 2010

MARIO VARGAS LLOSA VISITA CASA DE LA LITERATURA PERUANA



Mario Vargas Llosa. Recorrió los 16 salones del recinto de la literatura nacional.
Una cita (literaria) en la casa

Escritor visitó los ambientes de la Casa de la Literatura Peruana.

Prometió ofrecer una conferencia magistral en la Caslit este año.

José Vadillo Vila
jvadillo@editoraperu.com.pe

1 Ayer, con la puntualidad de sus años de cadete leonciopradino, Mario Vargas Llosa pisó la antigua Estación de Desamparados, el número 201 del jirón Áncash, en el Centro de Lima. Eran las cinco de la tarde.
El escritor llegó acompañado por su esposa, Patricia, e inmediatamente el secretario ejecutivo de Promolibro, el historiador Ernesto Yepes; el crítico literario Carlos García Bedoya; la directora de la Casa de la Literatura Peruana (Caslit), Karen Calderón; y el curador Agustín Prado tomaron su lugar como anfitriones de la ilustre pareja.
Antes de iniciar el recorrido por la flamante casa, le presentaron las nuevas adquisiciones bibliográficas, entre ellas, una rara edición de Los cachorros (1967). Un Vargas Llosa admirado por el hallazgo, aprovechó entonces para comentar someramente sus libros.

2 El autor de Conversación en La Catedral tenía mucha curiosidad y pidió iniciar el recorrido por los 16 salones de la Caslit. En el primero de ellos, se encontró en la pared con la reproducción del texto que había enviado cuando le hablaron de esta iniciativa cultural, en 2009:
“Aquí viven los poetas, los dramaturgos, los novelistas, los ensayistas que edificaron, a partir del Perú real, un país de fantasía y palabras, de ideas y de críticas que nos permiten conocer mejor lo que es, lo que fue y lo que quisiéramos que fuera el mundo en que nacimos”, está escrito.
Vargas Llosa se disculpó por no haber participado en octubre pasado de la inauguración de la casa, ya que se encontraba en Europa; sin embargo, prometió realizar aquí una conferencia magistral durante la segunda mitad del año.
Carlos García Bedoya, encargado de la curaduría de los textos de la casa, le fue explicando la dinámica de cómo se habían planteado las 16 salas, donde paneles y material multimedia permiten hacer de la literatura algo vivo, mientras el autor avanzaba y se reencontraba con Chocano, Eguren, Vallejo, Arguedas, Palma y tantos otros nombres del parnaso literario nacional.

3 Bajó a conocer los otros salones en el sótano. Aunque tentado por la prensa, el autor muy diplomáticamente evitó hablar de política. “Vamos a hablar de literatura”, sonreía. Se refugió en el pequeño salón 14, observando el escritorio y los objetos más personales de Ciro Alegría; y en los ambientes continuos quedó descubriendo personajes de la vida del autor de Los perros hambrientos.
Vargas Llosa fue hasta el café de la vieja estación y escuchó los sonidos del río Rímac; se agazapó por el bulevar de la casa y se sintió elogiado de la Biblioteca Vargas Llosa, en el medio del sótano, un espacio para la lectura.
Ahí, el autor se convirtió en el visitante número 61 del día que firmaba el Libro de Visitas; estampó su rúbrica en un ejemplar para la Caslit de La guerra del fin del mundo (1981) y no desairó a sus seguidores que lo esperaban, les firmó algunos ejemplares.
“Me habían explicado cómo era la Casa de la Literatura Peruana, pero la realidad supera el proyecto. Creo que han hecho un trabajo magnífico, desde la rehabilitación de este precioso local. Es un sitio muy simpático que consigue su objetivo: interesar a los visitantes de la literatura peruana”, dijo.
Aconsejó que lo mejor no es invitar a que vengan, sino el “tan-tan humano”, de que unos pasen la voz sobre “lo interesante y lo divertido” de visitar la Caslit; eso hará que llegue más gente. “Tengo mucha confianza de que esto perdure y cada vez se vaya conquistando más espacios para la literatura peruana”. Y se despidió buscando su camioneta, las musas lo aguardaban en su escritorio.

Datos
Apoyo a La teta... “Espero que gane (la película), que mi sobrina reciba el Oscar, creo que es lo que todo el Perú desea.”
Señor de hipopótamos. Vargas Llosa agradecido por tapiz de alpaca de su animal fetiche, que le obsequiaron en la casa.
El escritor facilitó su archivo fotográfico para poder trabajar la Biblioteca Vargas Llosa.
Publicado por Discursiva. Revista de Literatura y Humanidades


Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...