Lima, nov. 19 (ANDINA). El escritor peruano Miguel Gutiérrez presentó su nueva novela Una pasión latina, que paradójicamente tuvo tantas dificultades y anécdotas diversas antes de su publicación oficial como ocurrió con su anterior libro La violencia del tiempo.
Literato Miguel Gutiérrez brinda detalles de su última obra. Foto: ANDINA/Difusión.
Recordó que hace 20 años publicó La violencia del tiempo, considerada por muchos como la mejor novela peruana de la década de 1990, una edición que no estuvo exenta de problemas como le ha ocurrido ahora a su nueva novela.
Dijo a Andina que Una pasión latina demoró en publicarse oficialmente un par de semanas más de lo planeado por algunos imprevistos, aunque las razones fueron distintas a la anterior.
"En ese tiempo, como no pude supervisar la edición por la situación que se vivía en el país en 1991, el editor se tomó algunas libertades. Lo interesante de la última edición es que se ha restablecido la versión original, por ejemplo la distribución de los capítulos, menos mal que tenía los originales, que los guardaba el historiador Carlos Araníbar.
¿Cómo surge Una pasión latina, que transita entre Estados Unidos y el Perú?
–La novela parte de un hecho real. El asunto era cómo escribir esa historia, que se vuelva turbulenta, atroz, desagradable. Cuando uno escribe una novela se pregunta cómo se va a escribir, a uno se le presentan varios caminos, pero sabe que solo hay uno definitivo.
¿Cuánto se demoró en hallar la forma de contar la historia?
–Me enteré de este caso hace diez años, desde entonces, está dando vueltas. Siempre busco que cada libro sea una aventura de composición, de formas de tratar, de técnicas y de lenguaje. De cierta forma, La violencia del tiempo es una novela suma, hay varias novelas dentro de ella. Pero esa novela responde a la tradición realista, de Balzac, Tolstói, todos ellos. En cambio, Babel en el paraíso, responde a otra tradición, otra poética y estética: a la de la novela fantástica, la novela utópica. El lenguaje está determinado por esa forma.
¿Cómo plantea sus libros? ¿Anda a la caza de una historia? ¿De la forma?
–Una de mis preocupaciones ensayísticas es el tema del acto creativo novelesco. Surge de diversas maneras. De un personaje, de una historia, a veces de una imagen, que desencadena todo el imaginario que tiene un escritor. Cuando me cuentan una historia, puedo ver que son novelables, pero no me interesan. Pero otras sí, como esta historia de un hombre que descuartiza a su mujer luego de cuatro décadas juntos. Me conmovió porque vi que podía encajar con un tema que está en toda mi obra, que es la cuestión mestiza. Ahora bien, el otro asunto es cómo escribirla. Soy un autor que se demora mucho para empezar una novela, pero una vez que la inicio soy rápido.
La novela pendiente
La forma de escribir Una pasión latina se le presentó a Gutiérrez mientras escribía otra novela. Ese libro, que ya había sido pospuesto antes por Confesiones de Tamara Fiol, tiene el título temporal de Se busca a Kymper. El autor confiesa que piensa cambiar el nombre para no confundir con hechos noticiosos que no tienen relación. Dice ya tenerla avanzada y que en ella cuenta la historia de un sujeto, en 1992, perseguido por tres fuerzas: Sendero Luminoso, un grupo paramilitar y su mujer. "Esta última es la más letal", bromea.
Una pasión norteamericana
Noto, por el epígrafe de Don DeLillo y la charla previa a la entrevista, que es un atento lector de lo que se produce actualmente fuera de las fronteras.
– Siempre he sido un lector de la novela estadounidense. Desde los clásicos del siglo XX, la generación de Faulkner, Hemingway, Fitzgerald, hasta los de la segunda posguerra como Philip Roth, Saul Bellow, Truman Capote, o los más recientes como Bret Easton Ellis. La novela estadounidense ha dejado una huella en mí. Por ejemplo, John Dos Passos es un autor casi olvidado, pero para mi generación es importantísimo.
¿Qué es lo que le atrae de esa tradición?
–La vitalidad de la novela estadounidense, aunque esto se ha ido perdiendo últimamente. Pero, por lo menos, la novela de esa época tiene una gran vitalidad. Aún obras de autores que no son los mejores como El camino del tabaco de Erskine Caldwell o Viñas de ira de John Steinbeck. Una vitalidad que no encontrábamos en la novela europea, que se había vuelto muy intelectual. Sin embargo, para mí la gran novela del siglo XX es En busca del tiempo perdido. No obstante, la novela estadounidense era muy audaz experimentalmente y tenía un lenguaje muy ligado a la vida. Hasta ahora la sigo leyendo.