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sábado, 30 de julio de 2011

Armando José Sequera


http://aaronsosaactual.blogspot.com/2008/12/una-maana-con-armando-jos-sequera.html
Nace en 1953, escritor venezolano, autor de 44 libros publicados y 18 inéditos, gran parte de ellos para niños y jóvenes. Ha obtenido 16 premios literarios, 3 de ellos internacionales: el de la Casa de las Américas (La Habana, Cuba, 1979); Diploma de Honor IBBY (Basilea, Suiza, 1996) –ambos con la obra Evitarle malos pasos a la gente–, y la Bienal Latinoamericana “Canta Pirulero” (Valencia, Venezuela, 1998), esta última con el libro Teresa. A nivel nacional se ha hecho acreedor a 13 premios; entre ellos, la Bienal de Literatura “Mariano Picón Salas”, en dos oportunidades: la primera, en la mención Narrativa “Salvador Garmendia”, obtenida con la novela La comedia urbana– (2001), y la segunda en la mención Crónica (2005), recibida por el libroFuneral para una mosca. Además, ha recibido 24 menciones en diversos concursos de narrativa, divulgación científica y fotografía. También es periodista, promotor cultural, conferencista y guionista de radio. Ha dictado más de 1.500 charlas y conferencias, y varias decenas de cursos y talleres sobre literatura en general, creación literaria (narrativa), redacción, elaboración de textos de divulgación científica, creatividad, crecimiento personal y espiritual, valores, lectura en voz alta y novela policíaca contemporánea, en instituciones como la Universidad Simón Bolívar, la Universidad Central de Venezuela, la Biblioteca Nacional, el Ateneo de Caracas, el Ateneo de Valencia, el Instituto Pedagógico de Caracas, el Consejo Nacional de la Cultura, el Ministerio de la Juventud, la Fundación Centro para el Mejoramiento de la Enseñanza de la Ciencia (Cenamec), Monte Ávila Editores, Editorial Santillana y el Metro de Caracas, entre otras. 
Reflexión sobre la lectura y la literatura
Pienso que la lectura es la actividad más importante que hace el hombre, después de todas las que permiten su supervivencia. No es más importante que respirar, comer, ingerir líquidos, dormir o amar, porque sin estas acciones la vida es imposible, pero sí está por encima de todas las demás. La principal característica humana es el uso de la inteligencia que el hombre posee. Pero este uso, sin la reflexión, sólo conduce al caos, al exterminio de las restantes formas de vida animal y vegetal, al suicidio a largo plazo como especie.
El hombre, por sí solo, sin duda es capaz de reflexionar. Sin embargo, la lectura –por lo que tiene de reservorio de experiencias, de archivo de logros y fracasos, de centro de acopio de ideas y de almacén de fantasías–, constituye el recurso perfecto para estimular la reflexión. Leer, ya se ha dicho, nos pone en contacto con las mentes más lúcidas y las ideas más importantes de la humanidad. Leer nos hace co-creadores, dado que el autor propone el 50% del texto y nosotros completamos, en nuestra mente, el 50% restante. De allí que leer no es un monólogo sino un diálogo. Un diálogo enormemente feraz, gracias al cual la humanidad alcanza su cota más elevada.
Considero a la literatura el arte más completo. Cuando leemos, nuestra imaginación se comporta como una pantalla virtual multisensorial, mediante la cual evocamos recuerdos, sensaciones, ideas, reflexiones e imágenes de ficción, apelando a todos los sentidos. Una sinfonía puede inspirarse en una obra literaria e igual una danza. Pero su desempeño se basa sobre uno, dos o tres sentidos: el oído, si sólo la escuchamos; el oído y la vista si asistimos a un concierto o la vista, el oído y el tacto si bailamos. En este último caso, es posible que participe también el olfato, pero nunca se cubre toda la gama sensorial. Igual ocurre con la pintura, la escultura, la fotografía o el cine, entre otros.
Por otra parte, para mí, hacer literatura es participar del mismo oficio gracias al cual tenemos existencia, el de creador. En tal sentido, considero que la actividad que realizo es, en el fondo, una actividad profundamente mística.

Obras recomendadas

    Ha habido muchos. Distintos en cada etapa de mi vida y de mi formación literaria. Sin embargo, reconozco que algunos han influido más en mí que otros. Enumero los que vienen a mi memoria:
  • Cuentos de Julio Cortázar. El momento estelar de mi vida como lector y escritor fue la tarde en que leí “La noche boca arriba”. Tenía entonces 23 años. Este cuento me abrió camino en la literatura, al mostrarme que cualquier cosa que imaginara –siempre y cuando tuviera su lógica intrínseca y no atentara contra las leyes físicas (o lo hiciera, pero tomándolas en cuenta)–, tenía cabida en un texto literario. Debo explicar que, antes de leer este cuento, había escrito varios centenares de malos poemas y casi de dos decenas y media de cuentos (me inicié en la escritura a los 11 años), pero desde hacía tiempo que tenía la asfixiante sensación de topar con un techo, a la manera de la niña Alicia, al hallarse en una casa del País de las Maravillas.
  • Las columnas de Cyborg de Julio Coll. Este hoy olvidado libro de ciencia ficción, aparecido en los años 70 y realizado por un autor español, me mostró que podía escribir textos ingeniosos, sin necesidad de cubrir grandes extensiones de texto. Con él aprendí a valorar esa brevedad propia de mis textos que entonces consideraba producto de la pereza.
  • Rajatabla de Luis Britto García. Otro libro que me impactó por la brevedad de sus textos y el ingenio manifestado en ellos.
  • La muerte viaja a caballo de Ednodio Quintero. Aquí confirmé que varias decenas de textos que había elaborado desde 1972, sin conciencia de que elaboraba minicuentos o minificciones, tenían carácter literario.
  • El osario de Dios de Alfredo Armas Alfonso. Más que la lectura de este libro, el tener a este escritor como maestro ha sido una de las mayores bendiciones en mi vida. Al libro lo leí tarde, cuando ya había elaborado más de 150 minicuentos y conocía a su autor, pero el trato con Armas Alfonso fue determinante y fundamental en mi existencia como ser humano y como profesional de la escritura. Con él empecé a valorar la intromisión de la realidad en los textos ficticios y la de la ficción en la realidad.
  • Crónicas marcianas de Ray Bradbury. En diversas ocasiones he afirmado que, si tuviera que salvar un libro en un naufragio, salvaría éste. La forma tan precisa de mostrar cómo un imperio coloniza una nación –en este caso, a un planeta–, y cómo ese mismo imperio se hunde al hundirse el colonizado lo convierten en un retrato exacto de la historia universal.
  • Ficciones de Jorge Luís Borges. Estos cuentos, especialmente, el titulado “Las ruinas circulares” me confirmaron en mi gusto por la ficción. Lo considero una de las cumbres de la literatura universal.
  • Crónica de una muerte anunciada de Gabriel García Márquez. La lectura de diversos textos de García Márquez me marcó como periodista y como hacedor de ficción. Esta novela, especialmente, me hizo descubrir cómo construir una ficción sin fisuras. Leer los reportajes de Gabo me enseñó más periodismo que cinco años en la Escuela de Comunicación Social.
  • Momentos estelares de la humanidad de Stefan Zweig. Zweig es mi otro maestro periodístico. Su uso de la historia, como si relatase una ficción, me marcó profundamente. Especialmente, los textos referidos a la creación de la Marsellesa, la composición por Haendel de su Mesías y el instante en que Vasco Núñez de Balboa se convierte en el primer europeo que ve el océano Pacífico, en la actual Panamá, los considero obras fundamentales en mi formación personal y profesional.
  • Vidas imaginarias de Marcel Schwob. También esta obra influyó en mi quehacer periodístico y literario. Sus biografías ficticias de personajes reales me han influido mucho más de lo que suelo admitir.
  • Entre los libros que más me han gustado últimamente, me ha llamado mucho la atención una novela breve del escritor israelí Amos Oz: La bicicleta de Sumji. Estimo que es una verdadera obra maestra destinada a niños y jóvenes. Leí también y con gran gusto un libro de crónicas de Mía Couto, un escritor y periodista de Mozambique, al que considero un narrador estupendo. El título: Cronicando. El sudafricano J. M. Coetzée ha sido también un  hallazgo para mí, igual que el turco Orhan Pamuk. Ambos ganadores del Premio Nóbel me han deslumbrado con su narrativa. El primero con Desgracia y Vida y época de Michael K y el segundo con Estambul Me llamo Rojo. Me han parecido obras notables tres novelas que he leído del húngaro Sándor Marai: El último encuentro, La herencia de Eszter y La amante de Bolzano. Me gustó mucho el libro de crónicas Error humano, del estadounidense Chuck Palahniuk (de quien leí y disfruté su formidable novela Nana) y leí en un poco más de un mes las cinco novelas de la saga del Capitán Alatriste, del español Arturo Pérez Reverte. De este mismo autor, leí un agrupamiento de sus crónicas y artículos de prensa titulado Con ánimo de ofender, que me gustó bastante. Igualmente disfruté dos novelas del argentino Federico Andahasi: El anatomista El secreto de los flamencos. Me pareció una buena novela para jóvenes la del venezolano Juan Carlos Méndez Guédez: Nueve mil kilómetros y tu abrazo. Hace poco, releí Historia de una gaviota y Del gato que le enseñó a volar, del chileno Luís Sepúlveda, y me siguió pareciendo una notable novela para jóvenes. La sentí tan fresca como la primera vez.Me llamó la atención y me parece que augura grandes cosas la novela Todos se van, de la escritora cubana Wendy Guerra, a quien conocí en Cuba cuando era apenas una niña y ya hacía muy buenos cuentos.
  • Por último, quiero referirme a la mejor novela que he leído últimamente: El corazón de Voltaire, del puertorriqueño Luis López Nieves. Una exquisita e ingeniosa obra que mezcla la historia, el suspenso policial y el humor en dosis finísimas que hacen que el lector disfrute el recorrido de punta a punta
    FUENTE.http://www.ciudadseva.com/obra/2007/02/15feb07/15feb07.htm

VISITE LA 16. ª FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO EN ESTOS FERIADOS


Una de las alternativas más interesantes  para disfrutar en familia en este fin de semana largo es visitar la 16. ª Feria Internacional del Libro de Lima, que ofrece diversión, cultura y entretenimiento en un mismo espacio.

Se trata del mayor y más grande evento cultural en el Perú, un espacio de 12 mil metros cuadrados donde se podrá disfrutar de exposiciones fotográficas, presentaciones de libros, mesas redondas, homenajes, conciertos, así como de actividades para niños como cuenta cuentos, ludoteca infantil, narraciones musicalizadas,  entre otros.

La feria tiene preparada una excelente programación artística para estas fiestas patrias, es así que  homenajearemos al Perú el 28 de julio con Cecilia Bracamonte, quien ofrecerá un concierto a las 21 horas en el Auditorio César Vallejo. El 29 de julio, Susana Baca, al lado de Papá Roncón (Ecuador), realizará la presentación del disco “De la misma sangre”. El 30 de julio, se contará con un espectáculo artístico por el Día Nacional del Reino de Marruecos “Danzas marroquíes” con Marcia Samina. El domingo 31, habrá un concierto en homenaje a José María Arguedas en el cual participarán talentos como Chalena Vásquez, el Trío Los Cholos, Edith Guerra y la Nueva Invasión.

En lo que respecta a las actividades culturales, el 28 de julio, Filippo Anastasi (Italia), David Lozano (España), Carlos Carrión y Liset Lantigua (Ecuador), Eric Pearl (Estados Unidos), realizarán las presentaciones de sus más recientes publicaciones. Entre las presentaciones de peruanos destacan la de Javier Wong con su libro El mejor ceviche del mundo y Andrea y Claudia Paz con su libro dirigido a niños Chimoc en machu Picchu.

El viernes 29 de julio los más pequeños de la casa podrán deleitarse con la presentación musicalizada del libro infantil Como te vaca de Juan Luis Dammert. También se presentará la colección Sobrenatural del diario Correo,   el libro Educación, disciplina y libertad de Carlos Cueto Fernandini. También habrá actividades de Puerto Rico, Venezuela, Japón, Colombia y Chile, en este último caso, participarán Raúl Zurita y Omar Lara, destacados poetas del país en mención.

Continuarán abiertas las exposiciones “La noticia hecha imagen: Fotografía periodística del Diario Correo”,  la exposición en homenaje a José María Arguedas “Calandria de fuego: Creadores contemporáneos en diálogo con Arguedas,  exposición fotográfica por el Centenario del Descubrimiento de Machu Picchu; y, finalmente, la exposición de fotografías y objetos personales del famoso fotógrafo  Chino Domínguez.

La 16. ª Feria Internacional del Libro de Lima abrirá sus puertas hasta el martes 02 de agosto en el Parque de los Próceres de Jesús María. El precio de las entradas es de 3 nuevos soles (todos los días de la feria). Niños y niñas menores de 12 años y adultos mayores de 65 no pagan entrada.  Pueden co
nocer más actividades ingresando a www.filperu.com 

 FUENTE:http://www.filperu.com/home/tabid/39/ctl/detail/mid/715/itemid/7/visite-la-16-%C2%AA-feria-internacional-del-libro-en-estos-feriados.aspx

domingo, 24 de julio de 2011

OSWALDO REYNOSO HOMENAJEADO POR LA CÁMARA PERUANA DEL LIBRO



El escritor arequipeño, considerado uno de los más destacados novelistas del Perú, es el escritor homenajeado de la decimosexta edición de la Feria Internacional del Libro de Lima. Coinciden en este año su onomástico número ochenta y 50 años de una de sus mejores y más exitosas obras: “Los inocentes”, la cual incorporó por primera vez en la literatura peruana el lenguaje de los jóvenes de las grandes urbes.

Oswaldo Reynoso hizo sus estudios en la Universidad de San Agustín de su ciudad natal y los concluyó en la Universidad Enrique Guzmán y Valle, La Cantuta, en Lima, donde se graduó como profesor. En este mismo lugar, donde también ejerció la docencia, empezó a desarrollar su labor literaria. Según palabras de Marco Martos, “la prosa de ficción de Oswaldo Reynoso se caracteriza por presentar una gran cantidad de personajes con una coloreada prosa de profundo aliento lírico.”El homenaje es este lunes 25 de julio a las 19:00 horas en el auditorio César Vallejo de la 16. ª Feria Internacional del Libro de Lima. Participarán Enrique Planas, Manuel Velásquez Rojas y Jaime Carbajal Pérez.Bibliografía:
-    1955 Luzbel (Poemas)
-    1961 Los inocentes
-    1966 En octubre no hay milagros
-    1970 El escarabajo y el hombre
-    1993 En busca del Aladino
-    1995 Los  eunucos inmortales
-    2005 El goce de la piel
-    2006 Las tres estaciones

FUENTE: http://www.filperu.com/home/tabid/39/ctl/detail/mid/715/itemid/5/oswaldo-reynoso-homenajeado-por-la-c%C3%81mara-peruana-del-libro.aspx

jueves, 21 de julio de 2011

PARA EL AMAUTA JOSÉ MARÍA ARGUEDAS DE FÉLIX HUAMÁN CABRERA


¿Todas las sangres?

¿Todas las sangres?

PARA EL AMAUTA
JOSÉ MARÍA ARGUEDAS

DE
FÉLIX HUAMÁN CABRERA


EN EL CENTENARIO DE SU NACIMIENTO
18 DE ENERO 2011


Ahí estabas con tu voz, hablando como nosotros, como los otros, como los demás, ternura de sol, pálpito de vida.
Eras justo lo que buscaba, el secreto del silencio que se hace palabra de la tierra y este rocío temblando sobre el trébol cuando llega la brisa buena.
Ahí estaban los labios del padre y del abuelo, saludos, buenos días y aquel paisaje de contrastes y colores donde yo había nacido.
Estaba mi silbido queriendo escuchar mi propio eco en los recodos del camino travieso por donde iba mi infancia.
Eras la respuesta a mi pregunta de manantial y de campiña.
Fue cuando en “Yawar fiesta” y en “Agua” encontré la vida. Para aquel entonces tenía doce años y me gustaba la poesía.
Claro yo sabía que todas las cosas tenían sus nombres y los paisanos bailaban con los colores que no eran los que brillaban en la escuela; allí estaban en los pétalos de las sementeras relumbrando callos del trabajo, antes y después de las siembras.
¿Cómo habías copiado el rumor del agua en tu canto de palabras y eras el cariño de las plantas pequeñas en las sementeras?
Joven aún encontré tus libros en un salón de clase de mi escuelita rural, José María, también la de César, José Carlos, de Eleodoro, de Mario Florián y de ese Manuel Scorza y de otros más.
¿Dónde habían estado? Eso no nos enseñaban, ni aprendíamos que el Perú era uno (todos) y diferente (algunos). Creía que solo los muertos hacían poesía.
Pero cuando supe que tu vivías, ¡qué alegría!
(Don Erminio, dicen que José María es como nosotros, pero las casas de su pueblo no tiene techos de calamina, son tejados en el verdor de la campiña).
Ojalá también sean azulencos los cerros y los hombres hagan las faenas para que dancen las espigas del maizal sobre las cercas y aromen colgados de las peñas las arvejas y los matices de frijoles.
Así será seguro su terruño como nuestro pueblo tan lindo y tan herido.
¿Por qué?
Porque saben y deben saber que nosotros somos una sola sangre, los andinos, no por la cordillera, sino por los hombres.
Antes, mucho antes de todos los antes, aquí nacimos dominando tempestades, y la tierra y el sol se hicieron nuestros padres.
Con nuestras inteligencias conocimos el secreto de la naturaleza, inventamos maravillas con la música y la piedra, nos organizamos en ayllus respetando a nuestros taitas y fuimos lo que fuimos hasta ahora.
Pero llegó la fiebre traicionera; no sé por qué lado llegarían estos inviernos malos y creció como la espina silvestre el odio, la envidia y la muerte corrió por nuestros ríos. 
¡Nosotros fuimos y hasta ahora somos cumbres de metal, roca viva desafiando los azules y las nubes!
Y escribiste en quechua y castellano, Joshe Arguedas
(Antes ya los versos de Vallejo habían entrado por la puerta de los pobres).
Ahora estabas tú entre nosotros, con el idioma runa simi que cantaba alegrías y dolores, la lengua de los hombres llena de dulzura, de brazos y de pasñas.
También pusiste tu  melodía en  castellano masticado en todos los horizontes de nuestros nevados y en los verticales de mares, cerros y selvas.
Esos ríos profundos que yo he conocido tan cerca y distante, el aullido de  los zorros en los arenales, en las cumbres, en la selva enmarañada de misterio y de cariño.
Idioma peruano que no solo es léxico, sino también forma y sentimiento. Aquí hablamos el peruano y en peruano te estoy escribiendo, con la sangre y con la vida, José María Arguedas.
Siempre te he escuchado, hay Perú en tu voz, eco de lambras y cascadas. Y como yo, también Oscar Colchado, Socracha Zuzunaga, Washi Cordova, Zeín Zorrilla, Samuelcha Cardich, Toño de Tayacaja, Quique Rosas, Roberto con su volcán de fuego, los Padillas –uno de socavones y minas, y el otro del antiplano-   
Allá en el Cuzco, en Arequipa y en Piura están afirmando la patria y sigues hablándonos y entonando huaynos, harauis y hualijías que se meten por los huesos a sacudir nuestra presencia.
En Junín zapateamos el huaylash y el Santiago en las ferias del valle del Mantaro. Y también hemos llorado; ¡cuánta pena nuestro pecho ha desangrado cuando mataron a  hermanos por quítame esta paja!
La injusticia, el abuso, la maldad llegaron hasta nuestros mismos pechos.
El Ayataqui fue uno solo, nuestra sangre de dolor y sufrimiento. Esto tú lo vivías, lo vivimos; los sentías, lo sentimos; lo sabías, lo  sabemos, y lo dijiste, lo decimos.
         Pero eso de “todas las sangres” que tú dijiste, no me sabe muy bien, José María; creo que no fue así como hablaste.
Porque entiendo que no querías decir que el Perú era un conglomerado de razas que cada una tenía su palabra y que entre nosotros no nos entendíamos.
Que éramos diversos y por lo mismo que aquí  nunca hubo comunicación posible y por eso la torre de babel era nuestro símbolo.
¿Aquí nos odiábamos, nos acabábamos, nos destruíamos? Porque entre distantes y diferentes no hay amor ni comunión
¿Era el salvajismo nuestra sangre?.
¡Qué bonito, agarrarse a ti para destruir tu propia voz, José María, y afirmar que el color de la piel era nuestro perfil y por tanto venga la diversidad para hacer nuestra diferencia
¿Lo somático determina nuestra identidad? ¿De cuándo aquí, la animalidad impone el perfil a la humanidad?
Y si es así, ¿todo lo andino estuvo perdido, desde nuestro nacimiento siempre destruido?  
¿Solo nos caracterizó lo primitivo?  
¿“Así somos pues los peruanos, los andinos”?.
¿Que cuando llegaron los invasores, nos trajeron la civilización y la cultura, la lengua, el saber que éramos hijos de dios, por eso era bueno tener los ojos azules?
¿Ellos nos enseñaron a saber que éramos seres humanos? ¿Nos salvaron porque el camino del infierno era nuestro único derrotero (¿es?) para achicharrarnos con los malos?
Pero lo curioso es que llegaron a nosotros con dos palos cruzados, un hombre muerto, ensangrentado, crucificado y con corona de espinas. (En otros crucifijos, el dios hombre estaba agonizando, semidesnudo con los ojos perdidos).
Lo habían matado por defender a los humildes, a los abusados, a los que no tenían nada, murió por los esclavos allende de los mares.
De este señor decían que decía que nos amemos los unos a los otros.
Pero como éramos animales, ellos los pregoneros extranjeros nos odiaron, solo nosotros nos amamos en la desgracia (siempre lo habíamos hecho, nunca dejamos de hacerlo).
Y nos hablaron de pecados y pecados. “¡Arrepentíos!”
Para ellos, las gracias y virtudes. Para nosotros las maldades.
Nos trataron como bestias de carga, a roturar la tierra bajo el látigo del patrón, a escarbar los breñales agonizando en los socavones, encarcelados, amarrados, muerta la esperanza.
¿Cuándo llegó este vendaval, -no de truenos ni de rayos que bien sabíamos guarecernos en las cuevas de las breñas- de pólvora, odio y de muerte, de gente extranjera, hasta nuestras propias casas y murieron las torcazas zureando en los tejados de la humildad?
Solo reinó la ambición, la injuria y la maldad.
Ahora usan y abusan de aquello que dijiste: Todas las sangres.
Dicen que aquí estamos viviendo razas y culturas venidas de todos y por todos los caminos. Que esta diversidad es lo que nos distingue.
¿Aquí no ha habido unidad? ¿Nunca lo habrá? ¿Pero, es lo cierto?
Cuando abrí los ojos en una comunidad campesina, todos éramos iguales, hasta el crucificado tenía el color de nuestras alegrías y tristezas.
En navidad jugábamos con aquel niño Manuelito bailando las pallas y los pastorcitos cuando Llawiko tocaba su flauta de carrizo  y ¿por qué cuando estuvo grande lo mataron a Cristo con tanta insidia, odio y maldad?...
Recuerdo que sembrábamos la papa canteña, la wairo, la chaucha o la wamantanga, haciendo ayni, (¨aychama¨ decían los abuelos), todos para uno y uno para todos.
En la mañana azul, llegaban con sus palas, barretas, picos y rejillas, a sorber el caldo  de menestras, carnes y longas con sabor a hierba buena.
Era humo celeste la alegría y un solo canto la cabaña.
Nadie los había convocado porque era la mano del hermano.
 La obligación de hoy para ti, mañana para él, pasado para mí, y siempre para todos ¨la minka¨ cuando construíamos el canal, la escuela, el empedrado de las calles, la casa comunal.
 Todo con música de trinos, sonido de lluvias, rumor de cascadas, que venían silbando con el viento desde las faldas de Warinwasi, en antaras, quenas, arpas, guitarras, pinkullos y chirimías.
Esta es nuestra patria, Perú de corazón, una sola sangre; tronco del árbol que llegará al cielo cuando nosotros queramos.
El trabajo era (es) alegría. Todo lo hacíamos (lo hacemos cantando y bailando porque estamos vivos, nuevos y resucitados).
Esto éramos nosotros, así habíamos sido. ¡Somos!.
Así se construyó, (nos explicaba el maestro Ricardo), el templo de Chavín, allá en Ancash con su cabezas clavas. Y el Tiahuanaco con sus chulpas de Sillustani, en Puno.
Éramos muy grandes, somos inmensos, dominamos la piedra y le pusimos color y forma a Macchupicchu. En el arenal de Nazca sembramos nuestro secreto.
Es que somos hijos de la madre tierra, hemos salido del seno de las montañas, y celebramos con ellas sorbiendo chicha de jora para que nos brinde el secreto de sus misterios en la savia de sus plantas, en el brillar de sus metales y sean nuestros abismos secretos de oro o cascadas de plata.
Ahora en los arenales y en las grandes ciudades hacemos lo mismo. No tenemos nada, pero sí nuestros brazos y el trabajo.
Ha habido inteligencia amando y conociendo a la naturaleza, nada nos era extraño en el cielo y sus luceros.
No nos es extraño, sabemos avanzar en la noche por los aviesos senderos de las cordilleras con nuestras llamas, acémilas, caballos y perros que ladran a la luna cuando nuestras manos cogen las estrellas de la nieve.
Allá en Sacsaywamán, había una poza grande, existe todavía, donde se refleja el hervor de las galaxias y llegan los sabios para saber qué nos dice el cosmos y las nubes celestiales.
Nada nos es ajeno en las plantas y hierbas de montañas, colinas y quebradas donde la muña aroma los caminos, las retamas reflejan ilusiones y las cantutas cuelgan arco iris de pétalos y aromas desde las peñas y barrancos.
Desde niños moldeamos la arcilla dando forma a la ilusión de nuestros juegos, como los mochicas en sus ceramios o los paracas en sus tejidos hechos con vientos marinos y colores de abismos.
Sabemos imaginar nuevas realidades tejiendo caminos en las cordilleras y le sacamos sonidos hasta hacer música de soledades y distancias.
Para el frío, buenos son los ponchos de vicuña y para el calor, el misterio de los árboles en sombras, agua cristalina, sed del caminante.
Y ahí fue cuando escuché el violín de brisa mantarina. Ese valle cómo vibraba en las manos de Zenobio, el arpa del Chatito Flores con risas y lágrimas despidiéndose de su pueblo.
Aprendí que había otro lenguaje en las cuerdas de la guitarra; ahí estaba García Zarate y su Ayacucho herido.
Yo mismo cantando a la medianoche para que despierte la calandria y sepan que en la esquina de esta calleja oscura habían corazones enamorados que entonaban quenas y kajelos interpretando como caía gota a gota el aguacero.
Aquí nacimos, crecimos, respiramos el aroma de las soledades en el alma de las montañas.
Y no es que estemos solos, ellas extienden sus alas dando aliento a nuestros pasos y recogemos el corazón de los humanos para saber que existimos y ¡no se trata del color!, todos tienen la sangre roja bermellón que sale palpitante con el mismo son, no existe sangre de otro matiz.
Un solo origen, una sola fuente después aparecen los arroyuelos por la pendiente.
 Fue entonces que me di cuenta que teníamos nombre y que esa música, voz del agua que caía en la cascada, era violín de nuestras manos que volaba hecho lucero entre los qantus de la quebrada.
Y me preguntaba ¿de dónde era tu tono, José María?
Pero cuando llegó a la calleja de mi pueblo el arpista Chumingo, supe que eras la misma semilla en el surco de la anchaca, cómo sus dedos medio volteados destellaban en el terrón de buena sementera, huaynos, trigales de gemido edulcorado y cantaba: no saques el puñal de mi pecho, te saltará la sangre y dirás que tú lo has hecho.
Rojita de todas las venas -no tenía otro color-, por eso el zorzal, desde el sauce de la aguada le dio la bienvenida.
Era tu eco esas cuerdas envejecidas del madero, José María; entonces me dije ¿con mi misma palabra puedo andar por todos los caminos? ¿Me entenderán? ¿Sabrán quién soy?
Y así como yo había muchos escuchándote; sabíamos que esos aires bajaban de las montañas, subían desde el vértigo de los abismos donde las venas de los ríos rompían soledades.
Por eso dijimos ¡salud! con aguardiente de naranjilla y wamanripa y me puse a cajear como los buenos: flor de mayo, flor de mayo, crece color y  aroma en los vientos de Agomayo.
Ahí en esa música estábamos todos; llegaron a la plaza principal zapateando taco a taco los niños del vergel, las mozas arco iris con trenzas de abril.
Aprendí ese tono, por eso me pongo a cantar en las esquinas de los villorrios y pueblos andinos para que me escuchen todos, y todos se vayan con mis notas silbando por el sendero de los tréboles y jilgueros.
Que todos los nombres sean hombres y las madres siembren a sus hijos en la buena tierra cuando lleguen las torcazas a zurear en el sauco de las huertas.
Y llegan también los antiguos guiados por Martín trayendo bastones labrados para llevar el compás, ellos prepararon el barro, labraron adobes y horadaron las piedras, dieron forma a los muros y se quedaron en la simetría de los laberintos de la ilusión; saben que siempre hemos sido una sola voz.
¡Se grita de todas las bandas pero un oído escucha a los demás!
¡Cómo hicimos jolgorio en las horas del día! Después todas las esquinas fue matiz de música, los de ayer, hoy y los del mañana trajimos ramilletes de limalima y waranhuay y ahora estamos bailando en todas las sendas del corazón.
Fuiste uno de los nuestros, José María, José Carlos, Ciro Alegría y conocí a Javier ¿sabes? ya en la universidad, tomando café y cigarrillos para la inspiración.
Fue desde entonces que empecé a buscar el secreto de las hierbas arco iris, ¿cuál era la miel de las torcazas? ¿Y la telaraña de los cielos que  iban tejiendo  inviernos al verano?
En casi todos los rincones de la patria crecía la amargura. Había tanto y no teníamos nada. Buscando lo nuestro trasmontamos cordilleras y llegamos a desiertos pelados que también tenían dueños.
 Luego llegaron tiempos malos con trinos de pájaros agoreros que se tragaban los frutos de los árboles y hasta negaban las raíces que sostenían nuestro tronco.
Qué hacer ahora. No podemos permitir que nieguen los nombres, que nos cierren las puertas de nuestras propias casas, que estemos en la intemperie de nuestra pena llorando a los hermanos e hijos muertos y desaparecidos. Que siempre nos estemos yendo del Perú tan nuestro que se adueñan los ajenos.
Hasta la voz de los buenos ya no hablan de nosotros, dicen que somos del mundo y en cualquier lugar estamos.
No, no es así. Nada iguala a la querencia donde mi palabra fue destello de sol a medio día, neblina de canto con la lluvia y suspiro de amor en la alegría.
Que venga la buena nueva, pero la antigua tiene una calle, José María, donde se reconocen los vecinos, se dan la mano, se saludan, y nos daremos los buenos días mañana cuando aparezca el sol en los nevados de nuestras cordilleras.
  Perú de ahora y siempre; de los incas y de los que cantamos somos libres en el Ande.
FUENTE: http://felixhuamancabrera.blogspot.com/

martes, 10 de mayo de 2011

Feria del Libro de Palacio de Gobierno superó todas las metas previstas

Segunda edición de la Feria del Libro en la casa gubernamental vendió aproximadamente un millón cien mil soles y fue visitada por cerca de 55 mil personas.

Feria del Libro de Palacio de Gobierno superó todas las metas previstas

La segunda edición de la Feria de Libro de Palacio de Gobierno, superó todas las metas previstas, al sumar ventas por alrededor de un millón 100 mil soles y ser visitada por 55 mil personas, informó el coordinador de ferias de la Cámara Peruana del Libro, Román Aragón.
La Segunda Feria del Libro en Palacio de Gobierno, había proyectado para esta oportunidad más de 50 mil visitantes y cerca de un millón de nuevos soles en ventas.
“Con respecto a las ganancias se estima que estemos bordeando un millón 100 mil soles y son alrededor de 55 mil personas las que han acudido, cifras que nos entusiasman mucho, porque vemos mayor interés de las personas hacia los libros. Así que definitivamente se superaron nuestras expectativas”, manifestó Aragón.
Agregó que la concurrencia del público fue también promovida por la posibilidad de ingresar al Patio de Honor de la casa presidencial, por lo que tanto nacionales como extranjeros, vivieron una experiencia distinta a otras ferias.
Asimismo, detalló que los libros más solicitados fueron los de la autoría del Nobel de Literatura 2010, Mario Vargas Llosa y de José María Arguedas.
“Los libros que de por sí mayor demanda tuvieron, fueron los de Mario Vargas Llosa, todas sus obras en general, y los de José María Arguedas, por celebrarse este año el centenario de su natalicio”.
Aragón comentó, que los stands presentaron ofertas desde un 10 hasta 50 por ciento de descuento, para que todas las personas tengan acceso a comprar un libro.

Falleció el escritor peruano Carlos Eduardo Zavaleta

El recordado intelectual murió hoy a los 83 años de edad, informó la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.





EFE). El escritor Carlos Eduardo Zavaleta, introductor del monólogo interior y las técnicas literarias del norteamericano William Faulkner en el Perú, falleció hoy en Lima, a los 83 años, informó la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Zavaleta, nacido en la ciudad norteña de Caraz en 1928 y graduado en San Marcos con dos tesis sobre Faulkner, también fue miembro de la Academia Peruana de la Lengua y ejerció cargos diplomáticos en Bolivia, México, España y Gran Bretaña.
Autor de libros como “El Cristo Villenas” y “El cielo sin cielo de Lima”, fue considerado un innovador de la narrativa peruana durante la década de los años cincuenta, al alejarse del indigenismo y difundir la obra de autores extranjeros.
Gran lector de Faulkner y del irlandés James Joyce, fue amigo de Mario Vargas Llosa, el premio Nobel de Literatura 2010, quien reconoció que “por culpa” de Zavaleta escuchó hablar por primera vez de Faulkner y sus técnicas literarias.
“Ahí tal vez, y por culpa de Carlos Eduardo Zavaleta, escuché por primera vez hablar de William Faulkner, que es uno de los escritores que más me han marcado”, señaló Vargas Llosa en el discurso de agradecimiento que dio tras ser distinguido a inicios de este mes con la medalla de honor de San Marcos, la universidad más antigua de América.

    Las “letras” están de luto, murió Ernesto Sábato

    Buenos Aires. El escritor Ernesto Sábato, autor de obras inolvidables de la literatura argentina, murió esta mañana a los 99 años en su casa de Santos Lugares, en el Gran Buenos Aires, confirmó su colaboradora Elvira González Fraga.


    "Hace quince días tuvo una bronquitis y a la edad de él esto es terrible", relató González Fraga en declaraciones radiales. La colaboradora de Sábato -un firme defensor de los derechos humanos- precisó que los restos del notable escritor serán velados esta tarde desde las 16.00 en Santos Lugares. 


    HISTORIA
    Ernesto Sábato nació el 24 de junio de 1911 en la ciudad de Rojas, Provincia de Buenos Aires, Argentina y murió el 30 de abril de 2011 en su casa. Hijo de Francisco Sábato y Juana María Ferrari, fue el décimo hijo de once. Nació poco tiempo después de la muerte de su noveno hermano, Ernestito, por lo que él lleva su nombre.

    En 1924 regresó de la escuela primaria de Rojas y viajó a La Plata para realizar sus estudios secundarios en el Colegio Nacional de La Plata, donde conoció al profesor Pedro Henríquez Ureña, a quien luego citaría como inspiración para su carrera literaria.[5] En el año 1929 ingresó a la Facultad de Ciencias Físico-Matemáticas de la Universidad Nacional de La Plata.

    Fue un pasivo militante del movimiento de Reforma Universitaria, fundando el Grupo Insurrexit en 1933, de tendencia comunista, junto con Héctor P. Agosti, Ángel Hurtado de Mendoza y Paulino González Alberdi, entre otros.

    En 1933 fue elegido Secretario General de la Federación Juvenil Comunista. Y en un curso sobre marxismo conoció a Matilde Kusminsky Richter, una estudiante de 17 años, la cual abandonó la casa de sus padres para ir a vivir con él. En 1934 comenzó a tener dudas sobre el comunismo y sobre la dictadura de Iósif Stalin. El partido, que advirtió este cambio, decidió enviarlo por dos años a las Escuelas Leninistas de Moscú, en donde, según las palabras de Sabato:
    "Era un lugar en donde uno se curaba o terminaba en un gulag o en un hospital psiquiátrico".
    Ernesto Sabato.

    Antes de Moscú, viajó a Bruselas como delegado del Partido Comunista de la Argentina al Congreso contra el Fascismo y la Guerra. Una vez allí, temiendo que de ir a Moscú no regresaría, abandonó el Congreso y huyó a París. Es ahí donde escribió su primera novela llamada La Fuente Muda. Regresó a Buenos Aires en 1936 y contrajo matrimonio por civil con Matilde Kusminsky Richter.

    En 1938 obtuvo el Doctorado en Física en la Universidad Nacional de La Plata. Gracias a Bernardo Houssay, le fue concedida una beca anual para realizar trabajos de investigación sobre radiaciones atómicas en el Laboratorio Curie en París. El 25 de mayo de 1938 nació su primer hijo, Jorge Federico. En París entra en contacto con el movimiento surrealista y con la obra de Óscar Domínguez, Benjamín Péret, Roberto Matta Echaurren, Esteban Francés, entre otros. Esto marcaría una profunda influencia en sus futuras obras.

    "Durante ese tiempo de antagonismos, por la mañana me sepultaba entre electrómetros y probetas y anochecía en los bares, con los delirantes surrealistas. En el Dome y en el Deux Magots, alcoholizados con aquellos heraldos del caos y la desmesura, pasábamos horas elaborando cadáveres exquisitos".

    En 1939 fue transferido al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), por lo que abandonó París antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial. Regresó a Argentina en 1940 con la decisión de abandonar la ciencia, pero para cumplir con quienes le habían otorgado la beca se desempeñó como profesor en la Universidad de La Plata, en la cátedra de ingreso a Ingeniería y en un postgrado sobre Relatividad y Mecánica Cuántica.

    "En el Laboratorio Curie, en una de las más altas metas a las que podía aspirar un físico, me encontré vacío de sentido. Golpeado por el descreimiento, seguí avanzando por una fuerte inercia que mi alma rechazaba".

    En 1943, debido a una crisis existencial, decidió alejarse de forma definitiva del área científica para dedicarse de lleno a la literatura y la pintura. Se instaló entonces en Pantanillo, en la provincia de Córdoba, para residir en un rancho sin agua ni luz pero entregado a la escritura.

    A fines de la Segunda Guerra Mundial, en 1945, nació su segundo hijo, Mario Sabato, quien de adulto sería un conocido director de cine.

    En 1941 apareció su primer trabajo literario, un artículo sobre La invención de Morel de Adolfo Bioy Casares, en la revista Teseo de La Plata. También publicó una colaboración en la revista Sur de Victoria Ocampo, por intervención de Pedro Henríquez Ureña. En 1942 continuó colaborando en aquella publicación con reseñas de libros, se encargó de la sección "Calendario" y participó del "Desagravio a Borges" en el Nro 94 de Sur. Publicó artículos en el diario La Nación y se presentó su traducción de Nacimiento y muerte del sol de George Gamow. Al año siguiente publicaría la traducción de El ABC de la relatividad de Bertrand Russell.

    En 1945 publicó su primer libro, Uno y el universo, una serie de artículos filosóficos en los que critica la aparente neutralidad moral de la ciencia y alerta sobre los procesos de deshumanización en las sociedades tecnológicas. Con el tiempo iría avanzando hacia posturas libertarias y humanistas. Ese mismo año recibió, por el libro, el primer premio de prosa de la Municipalidad de Buenos Aires y la faja de honor de la Sociedad Argentina de Escritores.

    En 1948, después de haber llevado los manuscritos de su novela a las editoriales de Buenos Aires y de ser rechazado por todas, publicó en la revista Sur El túnel, una novela psicológica narrada en primera persona. Enmarcada en el existencialismo, una corriente filosófica de enorme difusión en la época de posguerra, El túnel recibió críticas entusiastas de Albert Camus, quien lo hizo traducir por Gallimard al francés. Aparte de éste, la novela ha sido traducida a más de diez idiomas.

    En 1951 se publicó el ensayo Hombres y engranajes bajo la editorial Emecé y al año siguiente, en 1952, se estrenó en la Argentina la película de El túnel, una producción de Argentina Sono Film, dirigida por León Klimovsky. En 1953, nuevamente bajo la editorial Emecé, editó el ensayo Heterodoxia.

    En 1955 fue nombrado interventor de la revista Mundo Argentino por el gobierno de facto impuesto por la Revolución Libertadora, cargo al que renunciaría al año siguiente por haber denunciado la aplicación de torturas a militantes obreros. Ese mismo año presentó El otro rostro del peronismo: Carta abierta a Mario Amadeo, en donde, sin abdicar de sus antipatías hacia la figura del ex presidente Juan Domingo Perón, efectúa la defensa de Evita y sus seguidores; posición que le crearía numerosas críticas de los sectores intelectuales argentinos, que eran mayoritariamente opositores al gobierno derrocado.

    En 1958, durante la presidencia de Arturo Frondizi, Sabato fue designado Director de Relaciones Culturales en el Ministerio de Relaciones Exteriores; puesto al que también renunciaría al año siguiente por discrepancias con el gobierno.

    En 1961 publicó Sobre héroes y tumbas, que ha sido considerada como una de las mejores novelas argentinas del siglo XX. Se trata de una novela que narra la historia de una familia aristocrática argentina en decadencia, intercalada con relato intimista sobre la muerte del General Juan Lavalle, héroe de la Independencia.

    "Cuando decidí tomarlo para mi novela, no era, en modo alguno el deseo de exaltar a Lavalle, ni de justificar el fusilamiento de otro gran patriota como fue Dorrego, sino el de lograr mediante el lenguaje poético lo que jamás se logra mediante documentos de partidarios y enemigos; intentar penetrar en ese corazón que alberga el amor y el odio, las grandes pasiones y las infinitas contradicciones del ser humano en todos los tiempos y circunstancias, lo que sólo se logra mediante lo que debe llamarse poesía, no en el estrecho y equivocado sentido que se le da en nuestro tiempo a esa palabra, sino en su más profundo y primigenio significado".
    Ernesto Sabato.

    La novela también incluye el Informe sobre ciegos que a veces se ha publicado como pieza separada, y sobre el cual su hijo, Mario Sabato realizó una película. En 1965 se lanzó el disco «Romance de la muerte de Juan Lavalle; cantar de gesta», con textos recitados de Sobre héroes y tumbas y canciones con letra de Sabato y música de Eduardo Falú. En ese mismo año en Milán, se tradujo al italiano el libro.

    En 1966, la Editorial Losada ofreció Obras de Ficción, con prólogo de Harley D. Oberhelman. En 1967, Sobre héroes y tumbas se tradujo al francés como Alexandra, y también al alemán, con introducción de Witold Grombrowicz. 

    Continuamente, presentó Pedro Henríquez Ureña: ensayo y antología, homenaje a su maestro y amigo. En 1968 editó, en la Editorial Universitaria de Santiago de Chile, Tres aproximaciones a la literatura de nuestro tiempo, mientras que en Copenhague se tradujo Sobre héroes y tumbas al danés.

    En 1971, publicó Claves Políticas y comenzó a colaborar con el periódico La Opinión. En 1973, organizó sus ensayos sobre el tema La cultura en la encrucijada nacional y obtuvo el premio del Institut fur Auslandsbeziehungen de Stuttgart, República Federal de Alemania.

    Su siguiente novela, Abaddón el exterminador se publicó en 1974; de corte autobiográfico con una estructura narrativa fragmentaria y de argumento apocalíptico en el cual Sabato se incluye a sí mismo como personaje principal y retoma a algunos de los personajes ya aparecidos en Sobre héroes y tumbas. En aquel año recibió el Gran Premio de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE).

    En 1975, Sabato obtuvo el premio de Consagración Nacional de la Argentina. En 1976, se le concedió el premio a la Mejor Novela Extranjera en París, Francia, por Abaddón el exterminador, mientras que en Italia recibió el premio Medici. Al año siguiente, en 1978, le otorgaron la Gran Cruz al mérito civil en España. En 1979 fue distinguido en Francia como Comandante de la Legión de Honor.

    Por solicitud del presidente Raúl Alfonsín, presidió entre los años de 1983 y 1984 la CONADEP (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas), cuya investigación, plasmada en el libro Nunca Más, abrió las puertas para el juicio a las juntas militares de la dictadura militar en 1985.

    En 1984 recibió el Premio Miguel de Cervantes, máximo galardón literario concedido a los escritores de habla hispana. Fue el segundo escritor argentino en recibir este premio, luego de Jorge Luis Borges en 1979. Se conserva su discurso en ocasión de la recepción del premio citado. También la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires lo nombró Ciudadano Ilustre, recibió la Orden de Boyacá en Colombia y la OEA le otorgó el premio Gabriela Mistral. Dos años más tarde, en 1986, se le hizo entrega de la Gran Cruz de Oficial de la República Federal de Alemania. Luego, fue distinguido con el título de Comandante de la Legión de Honor de Francia. 
    En 1989 y en Israel, adquirió el premio Jerusalén y fue nombrado Doctor honoris causa por la Universidad de Murcia, España; en 1991 por la Universidad de Rosario y la Universidad de San Luis de Argentina, y en 1995 por parte de la Universidad de Turín, Italia.

    El 21 de diciembre de 1990, en su casa de Santos Lugares se casa por iglesia con Matilde Kusminsky Richter. La ceremonia fue oficiada por el MonseñorJusto Oscar Laguna y Monseñor Jorge Casaretto.

    En 1995 murió su hijo Jorge Federico en un accidente automovilístico. En 1997 recibió el XI Premio Internacional Menéndez Pelayo. El 30 de septiembre de 1998 falleció su esposa, Matilde Kusminsky Richter, y publicó sus memorias bajo el título de Antes del fin y el 4 de junio de 2000 presentó La Resistencia en la página de Internet del diario Clarín, convirtiéndose de esta manera en el primer escritor de lengua española en publicar un libro gratuitamente en Internet antes que en papel. La edición en papel sería lanzada el 16 de junio.

    Reside desde 1945 en la localidad de Santos Lugares, Provincia de Buenos Aires, donde sólo se dedica a la pintura, ya que por prohibición médica no puede leer ni escribir. Desde 2005 dejó de salir de su casa y lleva una vida rutinaria, asistido por enfermeras y asistentes, que le preparan la comida y le leen durante la tarde hasta que se duerme. Esto se debe a que por su avanzada edad (99 años) no puede recibir emociones fuertes.

    El 11 de febrero de 2009 la SGAE lo propuso por tercera vez ante la Academia Sueca como candidato al Premio Nobel de Literatura de 2009 junto con los escritores españoles Francisco Ayala y Miguel Delibes.

    En su juventud, Sabato fue un activista del Partido Comunista, en dónde llegó a Secretario General de la Federación Juvenil Comunista. 
    Posteriormente se alejaría del comunismo marxista, desilusionado por el rumbo que había tomado el gobierno de Stalin en la Unión Soviética.

    Detractor del peronismo, Sabato fue uno de los primeros en aportar una interpretación al gobierno del General Juan Domingo Perón tras el derrocamiento de su segundo gobierno, el cual apareció publicado bajo el título de El otro rostro del peronismo en 1956. En este ensayo, Sabato criticó duramente al peronismo sosteniendo que "el motor de la historia es el resentimiento que, en el caso argentino, se acumula desde el indio, el gaucho, el gringo, el inmigrante y el trabajador moderno, hasta conformar el germen del peronista, el principal resentido y olvidado".

    El desconocido coronel Perón, cuya estrella empezaba a levantarse sobre el horizonte vio claro que había llegado para el país la era de las masas. Y tanto su aprendizaje en Italia, su natural tendencia al fascismo, su infalible olfato para la demagogia, su idoneidad para intuir y despertar las peores pasiones de la multitud, su propia experiencia de resentido social -hijo natural como era- y por lo tanto su comprensión y valoración del resentimiento como resorte primordial de un gran movimiento de masas, y finalmente su absoluta falta de escrúpulos; todo lo capacitaba para convertirse no solamente en el jefe de las multitudes argentinas sino también en su explotador.

    A pesar de sus críticas al movimiento peronista y a Juan Domingo Perón, Sabato alabaría y encontraría un sentido muy justo a la imagen de Eva Duarte, declarando que ella fue "la auténtica revolucionaria". Posteriormente, Sabato no quiso reeditar el El otro rostro del peronismo; y para 1987, cuando se publicaron sus Obras Completas se aseguró en el prefacio que este ensayo sería publicado en un nuevo tomo de escritos políticos que hasta el día de hoy no fue editado.

    El 19 de mayo de 1976, Jorge Rafael Videla protagonizó un almuerzo con un grupo de intelectuales argentinos, entre los que se contaban Ernesto Sabato, Jorge Luis Borges, Horacio Esteban Ratti y el padre Leonardo Castellani. Luego de la comida, Sabato declaró a la prensa: "Es imposible sintetizar una conversación de dos horas en pocas palabras, pero puedo decir que con el Presidente de la Nación hablamos de la cultura en general, de temas espirituales, culturales, históricos y vinculados con los medios masivos de comunicación"... "Hubo un altísimo grado de comprensión y respeto mutuo. En ningún momento el diálogo descendió a la polémica literaria o ideológica. Tampoco incurrimos en el pecado de caer en la banalidad. Cada uno de nosotros vertió, sin vacilaciones, su concepción personal de los temas abordados".


    Este episodio le traería numerosas críticas en los años siguientes, tal como ocurrió con Mirtha Legrand o Juan Manuel Fangio en casos similares. Entre sus detractores se contó al escritor anarquista Osvaldo Bayer, quien acusaría a Sabato de "formar parte de la hipocresía argentina". Lejos de cualquier tipo de obsecuencia, Sabato publicó en 1979 Apologías y Rechazos, siete extensos ensayos sobre los males de la educación, en los que desafió a la censura impuesta por la dictadura militar en la Argentina.

    Una vez terminada la dictadura militar, presidió la CONADEP, una comisión encargada de investigar las violaciones a los derechos humanos ocurridos en la Argentina entre 1976 y 1983 a manos del Proceso de Reorganización Nacional. 
    Esa investigación y posterior informe fueron plasmados en el sobrecogedor libro Nunca Más, conocido mundialmente como Informe Sabato, en el que se recogen los testimonios de las desapariciones y muertes de personas durante la dictadura militar. El número de desaparecidos que estableció ese informe quedó fijado en 8960, dejando constancia de que "esta cifra no puede considerarse definitiva, toda vez que la CONADEP ha comprobado que son muchos los casos de desapariciones que no fueron denunciados". Así mismo, la CONADEP constató que "existieron 340 centros clandestinos de detención" a lo largo de todo el territorio argentino, donde tuvieron lugar torturas y ejecuciones. El informe incluyó además la descripción detallada de los métodos de tortura.

    El 20 de septiembre de 1984, Sábato entregó al presidente Raúl Ricardo Alfonsín el informe de la comisión. Ese día, los organismos de derechos humanos convocaron a una concentración para respaldar dicha ceremonia, a la que acudieron cerca de 70.000 personas. Adhirieron a esa marcha el Servicio de Paz y Justicia (SerPaJ) liderado por Adolfo Pérez Esquivel, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH), la Liga Argentina por los Derechos del Hombre (LADH) y la agrupación Familiares de Detenidos Desaparecidos por Razones Políticas (FDDRP).

    Con los años, la casi totalidad de organismos de derechos humanos defendieron y auspiciaron el informe Nunca Más en sus continuas reediciones. Algunos autores ponderan que el tiempo pareció potenciar las virtudes del informe, muy posiblemente debido al efecto profundo que causó en la sociedad argentina en los años posteriores a su divulgación.

    El Informe Sabato abriría las puertas para el juicio a las Juntas de la dictadura militar. Más tarde, Sabato condenó públicamente los doscientos ochenta indultos otorgados en 1989 a civiles y militares implicados en torturas, muertes y desapariciones durante el período de la dictadura en la Argentina.

    En sus últimos escritos y apariciones públicas, declaró considerar que "es desde una actitud anarcocristiana que habremos de encaminar la vida".

    ¡Yo soy un anarquista! Un anarquista en el sentido mejor de la palabra. La gente cree que anarquista es el que pone bombas, pero anarquistas han sido los grandes espíritus como, por ejemplo León Tolstoi.

    Aunque fui comunista activista, el anarquismo siempre me ha parecido una vía de conseguir justicia social con libertad plena. Y valoro el cristianismo del Evangelio. Este siglo es atroz y va a terminar atrozmente. Lo único que puede salvarlo es volver al pensamiento poético, a ese anarquismo social, y al arte.

    Luego de su deserción del socialismo de Estado, Sabato ha abogado en general por una sociedad basada en la libertad individual y la asociación libre, en el cooperativismo en la ciencia y la economía, y en la descentralización política.

    La formidable crisis del hombre, esta crisis total, está sirviendo al menos para reconsiderar los modelos. Y no es casualidad que en diferentes partes del mundo empiece a reivindicarse otro tipo de socialismo, más cercano a aquel que preconizaba Proudhon, o al que en nuestros tiempos han sostenido espíritus nobles y lúcidos como Mounier, entre los cristianos y Bertrand Russell, entre los agnósticos... Un socialismo que respete la persona, que termine con la alienación y la sociedad de consumo, que termine con la miseria física pero también con la espiritual, que ponga la técnica y la ciencia al servicio del hombre y no, como está sucediendo, el hombre al servicio de aquellas. Un socialismo descentralizado que evite los pavorosos males del superestado, de la policía secreta y de los campos de concentración.

    En 2004, en una emotiva ceremonia, recibió un homenaje por parte del III Congreso Internacional de la Lengua Española en presencia de Cristina Fernández de Kirchner y José Saramago. 

    Después, la Real Academia Española lo homenajeó también y en 2005 fue distinguido en el Colegio Nacional de la Plata. Recientemente, brindó su apoyo y se unió a la amplia lista de prominentes figuras de América Latina que manifestaron su apoyo a la independencia de Puerto Rico a través de su adhesión a la Proclama de Panamá aprobada por unanimidad en el Congreso Latinoamericano y Caribeño por la Independencia de Puerto Rico celebrado en Panamá en noviembre de 2006.
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