IR A LA PÁGINA PRINCIPAL

lunes, 23 de febrero de 2009

MIGUEL GUTIÉRREZ PUBLICA NOVELA CONFESIONES DE TAMARA FIOL


Escritor Miguel Gutiérrez acaba de publicar Confesiones de Tamara Fiol. Novela entreteje visión de la violencia política con las pasiones humanas de los personajes.

Pedro Escribano

Un periodista estadounidense de origen latino, cronista de guerra, Morgan Scott Batres, ha hecho un reportaje sobre las mujeres de Sendero Luminoso. Durante esa tarea se entera de Tamara Fiol, que trabaja como coordinadora de Derechos Humanos ante la ONU, pero que en su juventud, mujer de coraje, había sido comunista y que después, a raíz de un accidente automovilístico, tuvo que usar muletas. Scott Batres la contacta y la entrevista. Así, con estos dos personajes, el escritor Miguel Gutiérrez se adentra en una historia donde entreteje mucho de la vida política del Perú actual con la dimensión humana, subjetiva, de los personajes.

Confesiones de Tamara Fiol (Ed. Alfaguara) es una novela en donde las pasiones, como el amor, el erotismo, el rencor, configuran personajes de carne, hueso y sueños, anclados en los tiempos violentos del Perú.

-¿Que escojas un periodista, un cronista de guerra, qué te ha facilitado en la novela?-Mira, un problema que se me presentó fue quién cuenta la historia. Yo quería una mirada exterior, que tenga, por lo tanto, cierta imparcialidad, cierta objetividad de las historias que se van narrando. Eso por una lado. Pero por otro, quería que sea un cronista de guerra porque quería mostrar que este mundo de violencia que intenta mostrarse en la novela es parte de la violencia de todo el mundo en el siglo XX. Y también, si se quiere autobiográfico, cronista porque cuando era muy joven (risas) uno de mis sueños era ser reportero de guerra.

-¿Y Tamara cómo funciona?-Hay varias cosas. En primer lugar, hay un modelo en la vida real que tuvo dos aspectos bases para desarrollar la invención de este personaje. Por una parte, tiene un pasado de luchadora social, política, incluso, como se narra al final de la novela, con una vida partidaria. En segundo lugar, se hablaba mucho de que esta mujer había tenido una relación muy precipitada con un sujeto que siguió otro camino. Otra cosa es que, efectivamente, el modelo de la vida real sufrió un accidente, pero a diferencia de mi personaje no quise que quede en sillas de ruedas. A partir de estos elementos de la realidad yo hago toda una invención.-En los 80 se reivindicó el rol de la mujer. Sendero también las reivindicó.

¿Se puede cotejar en ese sentido a Tamara Fiol?-Por supuesto. Pero aquí hay otras cosas. Yo creo que una de las carencias de la narrativa peruana, sobre todo del S. XX, es la ausencia de personajes femeninos con roles fuertes, protagónicos. Por lo menos hasta los años 70, porque ahora los narradores jóvenes sí toman a las mujeres en roles capitales. Entonces, Tamara responde también a la necesidad de crear personajes femeninos fuertes. Entre nuestra narrativa no hay una Alejandra, de Sábato, Maga, de Cortázar. Entre nosotros las mujeres son personajes decorativos, el objeto del deseo.

-¿Y Maruja de No una sino muchas muertes, de Congrains?-Es un primer planteamiento de mujer con rostro. Para mí, le falta una vida interior; pero sí, efectivamente, es un adelanto. Maruja tiene que dirimir la jefatura de la banda incluso a golpes.

-Tu novela avanza y retrocede en la historia de tus personajes. ¿Has querido mostrar un fresco de la política peruana?-Yo he partido de que los personajes, como las personas, tienen un pasado, tiene una familia. En el caso de Tamara Fiol y en parte de Raúl Arancibia, un pasado que está entre la política, un pasado en donde la ideología y la acción revolucionaria han sido importantes en sus vidas. Efectivamente, he querido mostrar un panorama de la izquierda en el Perú y de grupos políticos que querían el cambio, de allí también la presencia del APRA en un primer momento. Asimismo, las luchas internas de los diversos Partidos Comunistas, “pekineses”, “moscovitas” y luego Sendero. En efecto, he querido, también, al mismo tiempo, dar cuenta de las luchas políticas en el Perú, desde la perspectiva de la izquierda. Pero también están las pasiones, como el erotismo del abuelo de Tamara, Ramiro Fiol, con Belén Goyeneche. No quería personajes asépticos, asexuales. El erotismo es una dimensión de la vida humana.-A Pablo Fiol, padre de Tamara, le dejan un papel bajo su puerta que dice: “Mi cuerpo es tu casa/ entra y enciende el hogar”.El verso es de Gudelia, Evalina o de Miguel Gutiérrez?-(Risas) A veces por la necesidad de la historia de los personajes he tenido que escribir algunos versos. Soy incapaz de escribir poemas. Además, si sale mal el poema es del personaje no mío (risas).

-Transfiguras personajes reales. El arzobispo de Huamanga de tu novela se parece mucho a quien fue obispo en esa ciudad y mandó al tacho los derechos humanos.-Claro, por supuesto. He tenido la imagen. El personaje está justificado no solo porque es una denuncia sino también por Tamara Fiol. Ella es una defensora de los derechos humanos. O sea, no solo por denuncia sino también por la necesidad de la historia y necesidad de los personajes.

-Tamara Fiol es una militante comunista, después funcionaria de la ONU. ¿Tomaste el perfil insurgente de Tamara? -Pero al final te quedas con todas las dudas. La primera entrevista que tiene Tamara con Morgan un poco que minimiza ella su relación con el marxismo, con el Partido. En las dos últimas entrevistas, Morgan se da cuenta de que la militancia política no es un cosa aleatoria. Se plantea si Tamara podría ser una militante secreta de Sendero Luminoso y que ha tomado esa estrategia.-Arancibia está en uno y otro partido.


¿Arquetípico de algunos izquierdistas peruanos?-Arancibia se inspira en la trayectoria de muchos militantes de izquierda. Esa cosa de Arancibia de ser aprista, trotskista, comunista y anticomunista y termina narcotraficante. Es una cosa que se da en el Perú y en el mundo.

-Tu novela es la incubación para un personaje de quien no se dice mucho pero está allí, Kymper.-Claro, es el personaje de otra novela mía, Se busca a Kymper.

-¿Será el pretexto para contar la historia más reciente?-Yo pienso que se ha formado una trilogía con independientes argumentalmente. Trato de entender un suceso que hasta ahora ha quedado en la oscuridad. Otro asunto mío es entender qué impacto tuvo la guerra interna en la vida de las personas, de la colectividad.el datoLa trilogía. El escritor Miguel Gutiérrez Correa (Piura, 1940) afirma que Confesiones de Tamara Fiol forma parte de una trilogía que también tiene que ver mucho con la guerra interna que vivió el país. Las otras dos novelas inéditas son Se busca a Kymper y Cartas de Beyanira Urribari.Derecho sobre la violencia

-Desde antes, Lucho Nieto, Colchado, Dante Castro, ahora Alonso Cueto, Ampuero, Iván Thays, abordan la violencia política. ¿El tema ha imantado a los escritores del Perú?-Yo pienso que sí. Yo creo que no se debe condenar a los escritores que has mencionado porque, supuestamente, según algunas posiciones no tienen derecho a escribir. No estoy de acuerdo, los temas son universales y, finalmente, cada quien da una perspectiva de ese acontecimiento que fue real, de verdad, y es bueno que se escriba. Es legítimo que de otras perspectivas de clase se escriba la historia. Eso pasó con la guerra civil española. Tal vez la diferencia es que para mí no es un tema literario, sino es algo que está ligado a mi vida, a mis pensamientos y a los míos, a quienes trato de rendir homenaje. Te habrás dado cuenta que en Confesiones... no hay denuncia ni hay apología. He tratado de ser leal a la ética y estética de la novela. Yo soy un hombre de ideas definidas, pero en el momento que escribo soy fundamentalmente novelista. Si has reparado en el personaje César Arias, es un hombre de una coherencia tremenda, aunque termina expulsado. No por ser expulsado deja de ser revolucionario. Entonces yo he querido rendir homenaje con este personaje secundario a aquellos que dentro de la izquierda, dentro de las luchas populares, mantienen un nivel y una coherencia de vida.
Fuente: La República

miércoles, 18 de febrero de 2009

Alexander Solyenitzin, cronista de los horrores del régimen stalinista


MOSCU.- Alexander Solyenitzin, el escritor ganador del Premio Nobel de Literatura cuyos libros reflejaron los horrores del sistema del gulag soviético, murió el 4 de agosto de 2008, a los 89 años, por una insuficiencia cardíaca.

Sus inquebrantables relatos, en los que describe los tormentos y la supervivencia en los campos de trabajo forzado de la Unión Soviética, atraparon a sus compatriotas, cuya historia secreta el escritor reveló. Esas crónicas le valieron 20 años de exilio, pero también el reconocimiento internacional. Y, probablemente, inspiraron a millones al demostrar que el valor y la integridad de una persona pueden derrotar la maquinaria totalitaria de un imperio.

Su trilogía Archipiélago gulag (1973-1976) consternó a los lectores por su crónica del salvajismo reinante en la Unión Soviética durante la dictadura de Josef Stalin. La obra ayudó a eliminar la simpatía hacia la Unión Soviética de muchos intelectuales de izquierda, especialmente en Europa.

Nacido el 11 de diciembre de 1918 en Kislovodsk, Solyenitzin sirvió en el ejército durante la Segunda Guerra Mundial y, en las últimas semanas del conflicto bélico, fue arrestado por escribir lo que denominó "ciertos comentarios irrespetuosos" sobre Stalin en una carta dirigida a un amigo. Pasó siete años en un campo de trabajo en la estéril estepa de Kazakhstán y otros tres años de exilio en Asia Central.

Allí empezó a escribir, memorizando gran parte de su obra para que no se perdiera si lo atrapaban. Su tema fue el sufrimiento y la injusticia padecidos en el gulag de Stalin. Siguió escribiendo mientras trabajaba como profesor de matemáticas en la ciudad rusa de la provincia de Ryazan.

El primer fruto de su esfuerzo fue Un día en la vida de Iván Denisovich , la historia de un carpintero que lucha por sobrevivir en un campo de trabajo soviético, al que fue condenado, al igual que Solyenitzin, tras prestar servicio en la guerra. El libro fue publicado por orden de Nikita Kruschev, que estaba ansioso por desprestigiar los abusos de su predecesor Stalin.

Pero después del derrocamiento de Kruschev, en 1964, Solyenitzin empezó a ser perseguido por la KGB y la publicación de sus libros fue prohibida.

"Un gran escritor es, por así decirlo, un gobierno secreto de su país", escribió en El primer círculo , su novela siguiente, sobre los prisioneros de uno de los "campos especiales" de Stalin, destinado a científicos a los que el dictador consideraba políticamente poco confiables, pero cuyo saber y preparación eran esenciales.

Solyenitzin, un graduado del Departamento de Física y Matemáticas de la Universidad de Rostov, fue enviado a uno de esos campos en 1946 poco después de su arresto.

La novela Pabellón de cancerosos , que apareció en 1967, fue otra obra de ficción basada en la vida del propio Solyenitzin: en este caso, su tratamiento de cáncer en Tashkent, Uzbekistán, que en ese momento formaba parte del Asia Central soviética, durante sus años de exilio desde marzo de 1953, el mes y el año de la muerte de Stalin, hasta junio de 1956.

En el libro, el cáncer se convertía en una metáfora de la fatal enfermedad del sistema soviético. "Un hombre genera un tumor y muere ¿cómo puede vivir un país que ha generado los campos de trabajo y el exilio?"

En 1970, la Academia Sueca le concedió el Premio Nobel de Literatura en 1970, una actitud inusual por parte del organismo, que en general otorga el premio a un autor tras décadas de trabajo.
La expulsión

Las autoridades soviéticas le prohibieron que viajara a Estocolmo a recibir el premio y los ataques oficiales en su contra se intensificaron en 1973, cuando apareció en París el primer tomo de su trilogía Archipiélago gulag . Al año siguiente fue arrestado, acusado de traición y expulsado a Alemania Occidental, hecho que provocó la condena mundial del régimen del líder soviético Leonid Brezhnev.

Solyenitzin se estableció en Estados Unidos con su esposa e hijos. Aunque ya no sufría ninguna clase de represión, el escritor, eslavófilo y cristiano ortodoxo, sentía nostalgia de su país. Tampoco le gustaba demasiado la democracia occidental, con su énfasis en la libertad individual.

Mikhail Gorbachov le devolvió la ciudadanía en 1990 y la acusación de traición fue levantada. Después de un emotivo regreso al hogar, que empezó en el Lejano Oriente ruso el 27 de mayo de 1994, y que se convirtió en una gira relámpago por todo el país, Solyenitzin se estableció en una casa de ladrillos rojos, a la sombra de los árboles, con vista al río, al oeste de Moscú.

Llegado al poder Vladimir Putin, el líder ruso tuvo una relación ríspida con Solyenitzin. Pero los dos hombres, tan diferentes entre sí, pronto desarrollaron un vínculo.

Gradualmente, Putin adoptó las críticas que el autor hacía de Occidente, tal vez reconociendo que Rusia es en realidad una civilización diferente, tal vez porque el intelectual ofrecía una justificación de la determinación del Kremlin de amordazar a los críticos, de ejercer control sobre los recursos naturales de Rusia y de concentrar el poder político.

Después de la muerte del escritor egipcio Naguib Mahfouz, en 2006, Solyenitzin se convirtió en el laureado del Nobel más anciano. Lo sobreviven su esposa, Natalia, que actuaba como su vocera, y sus tres hijos: Stepan; Ignat, pianista y director, y Yermolai. Todos viven en Estados Unidos.

Por Douglas Birch de la agencia AP
Traducción: Mirta Rosenberg

Toque de queda de Raúl Tola


Tola en su libro Toque de queda destaca la soledad y el sinsabor adolescente apresado por el accionar violento del grupo terrorista Sendero Luminoso en los años ochenta como temas recurrentes. El título se fundamenta en la falta de libertad que representaba para la inquieta adolescencia, cronológico sentimiento autobiográfico del autor, la imposibilidad de vivir después de la media noche.

http://jorlandoabantoquevedo.blogspot.com/

viernes, 13 de febrero de 2009

Nazim Hikmet


Reseña biográfica


Poeta, dramaturgo y novelista turco nacido en Salónica, hoy ciudad griega, en 1902.
Gracias a que su abuelo fue poeta, su padre diplomático y su madre pintora, creció en un ambiente familiar intelectual. Estudió en un colegio francés y a los 19 años viajó a Moscú donde estudió Ciencias Políticas y profundizó su interés sobre el comunismo, del que fue siempre ferviente practicante.
En 1924 regresó a Estambul, trabajó activamente en la política, eludió la cárcel viajando de nuevo a Moscú, y al radicarse de nuevo en Turquía en 1929, alternó la lucha política con la publicación de obras de teatro, novelas y varios poemarios, entre los que sobresalen "Y van 3" en 1930, "Telegrama nocturno" en 1932, y "La ciudad que perdió la voz" en 1933. En los años siguientes continuó con la lucha antifascista, publicó "La epopeya de Sheik Bedreddin" en 1936 y a partir de 1940 cumplió una larga condena hasta 1950, cuando fue liberado.
En 1951 abandona Turquía para siempre. Despojado de su nacionalidad turca, terminó su vida en el exilio como ciudadano polaco.
En 1952 se radicó definitivamente en Moscú, y en 1957 publicó su más famosa obra "Duro oficio el exilio". Falleció en Moscú en 1963.
En 2008 el gobierno le devuelve la nacionalidad turca.

AUTOBIOGRAFÍA

Nací en 1902
no he vuelto nunca a mi ciudad natal
no me gustan los retornos
a los tres años en Alepo era nieto de bajá
a los diecinueve estudiante en la universidad comunista de Moscú
a los cuarenta y nueve otra vez en Moscú invitado por el Comité Central
y desde los catorce años soy poeta

hay hombres que conocen las diferentes clases de hierbas; otros, de peces;
yo, de separaciones
hay hombres que se saben de memoria el nombre de cada estrella;
yo, de nostalgias

he dormido en las cárceles y en los grandes hoteles
he conocido el hambre y también la huelga de hambre y no hay plato
que no haya probado
a los treinta años quisieron ahorcarme
a los cuarenta y ocho quisieron concederme el Premio mundial de la Paz
y me lo concedieron
a los treinta y seis durante medio año sólo pude recorrer cuatro metros
cuadrados de hormigón
a los cincuenta y nueve volé desde Praga a La Habana
en dieciocho horas

no conocí a Lenin pero hice la guardia de honor junto a su féretro en 1924

en 1961 el mausoleo que visito son sus libros

han intentado alejarme de mi partido
pero han fracasado
tampoco he sido aplastado por los ídolos caídos

en 1951 viajé por mar hacia la muerte con un joven camarada
en 1952 con el corazón cascado esperé la muerte durante cuatro meses

estuve locamente celoso de las mujeres a las que amé
no envidié a nadie ni siquiera a Charlot
engañé a mis mujeres
pero nunca hablé mal de mis amigos a sus espaldas

he bebido pero no soy un borracho
tuve la suerte de ganarme siempre el pan con el sudor de mi frente

si mentí fue porque sentí vergüenza ajena
por piedad
pero también he mentido porque sí

he montado en tren en avión y en coche
la mayoría no puede hacerlo
he ido a la ópera
la mayoría no puede ir y ni siquiera sabe que existe
sin embargo desde 1921 no voya muchos de los sitios
donde va la mayoría la mezquita la iglesia la sinagoga
el templo el curandero
pero a veces me gusta que me lean los posos de café

se me ha publicado en treinta o cuarenta lenguas
pero estoy prohibido en Turquía en mi propia lengua

hasta ahora no he tenido cáncer
tampoco es obligatorio
nunca seré primer ministro o algo parecido
tampoco me gustaría serlo
nunca he ido a la guerra
no he descendido a los refugios en medio de la noche
no he recorrido los caminos del exilio bajo el vuelo rasante de los avi0nes

pero me he enamorado ya cerca de los sesenta
camaradas en pocas palabras
hoy en Berlín aunque muerto de nostalgia
puedo decir que he vivido como un hombre
pero los años que me quedan por vivir
y las cosas que puedan sucederme
¿quién lo sabe?

Esta autobiografía fue escrita en Berlín Oriental el 11 de setiembre de 1961

De "Últimos poemas 1959-1960-1961"

Versión de Fernando García Burillo
(Ediciones del oriente y del mediterráneo -Madrid 2000)

Tomado de www.amediavoz.com


lunes, 9 de febrero de 2009

La vida alucinante del escritor cubano Reinaldo Arenas, 'suicidado' por Castro



AFP - La vida del escritor cubano Reinaldo Arenas fue recreada por su amiga y traductora al francés, Liliane Hasson, en una biografía publicada en París que termina con su carta de despedida, en la que responsabiliza a Fidel Castro de su exilio, su enfermedad incurable y su suicidio en Nueva York.

La autora de esta biografía, publicada por la editorial francesa Actes Sud bajo el título 'Un Cubain libre, Reinaldo Arenas' (Holguin, 1943 - Nueva York 1990) es una reconocida universitaria especialista de la literatura de Cuba, quien lo conoció en 1968 en La Habana.

Arenas, traducido a muchos idiomas, es considerado uno de los más importantes escritores de la isla al lado de José Lezama Lima, Cabrera Infante, Virgilio Piñera, Severo Sarduy y Alejo Carpentier.

Su obra está censurada en Cuba, aunque la revista en internet oficial la Jiribilla publicó unos textos suyos.

En una ocasión, en 1969, la autora sirvió de puente en la vida de Arenas y sacó sus manuscritos en secreto, pasándoselos al pintor Jorge Camacho y a su esposa Margarita, quienes contribuyeron a que su obra se conociera en el mundo entero.

Primero admirado por un círculo intelectual habanero, Arenas, homosexual declarado, fue luego perseguido, repudiado y encarcelado.

Hasson lo describe como un hombre coqueto, de gran prestancia física, con 'duende' y humor, fuerte y señorial como todo hombre del campo, con un acercamiento místico a la naturaleza y sobre todo al mar.

Arenas emigró a Estados Unidos en el éxodo del Mariel en 1980 a los 37 años rumbo a un exilio que sería defintivo.

Liliane Hasson viajó a Cuba, Miami y Nueva York buscando sus huellas en la memoria de familiares y amigos: Anton Arrufat, Carlos Victoria, Delfín Prats, José Abreu y Luis de la Paz, Juan Piñera, Tomás Fernández Robaina, Clara Morera, Ingrid González, Dolores Koch, Lázaro Gómez Carriles y Perla Rozencvaig.

Las fotografías de Suzanne Nagy contribuyen a darle a este libro el carácter de un álbum de familia de una generación que se identificó con la revolución y ha terminado gritando de dolor, pidiendo justicia y democracia.

En el 2000 la vida de Arenas alcanzó ribetes de mito con la película de Julián Schnabel, basada en sus memorias, 'Antes que anochezca', en la que Javier Bardem lo encarnó de manera inolvidable.

Tomado de Terra

Unos 80 mil visitantes recibió IV Feria del Libro en Trujillo



Alrededor de 80 mil visitantes recibió la IV edición de la Feria del Libro, que tuvo como invitado especial al reconocido escritor Mario Vargas Llosa, según estimaciones preliminares de la Asociación Trujillo Arte y Literatura (ATAL).
Adriana Doig Manucci, presidenta de ATAL, dijo que la feria ha sido todo un éxito, alcanzando aproximadamente los 120 mil nuevos soles en ventas de libros. Aunque aclaró que el evento no tiene un fin comercial, sino más bien cultural.

“Debemos recodar que el éxito de la feria no se mide en función a cuántos libros se vendió, eso no es lo principal, aunque sí hay que reconocer que las ventas son un indicador del interés del público por los libros”, señaló.

Durante los once días que duró la feria, realizada en el complejo deportivo Mansiche, hubo exposiciones, conversatorios y presentaciones musicales.

En su última noche, la feria recibió a los conductores de televisión, Aldo Miyashiro y Beto Ortiz, quienes divirtieron al público con el conversatorio denominado “Queremos lo que hacemos / hacemos lo que queremos”.

Asimismo, “Pura Vida”, una banda de reggae argentino cerró con broche de oro la feria tocando algunos temas del recordado Bob Marley

“Culminar algo en cual has trabajado tanto siempre da nostalgia, pero estoy feliz porque las cosas salieron bien”, dijo Doig Mannucci.

La primera edición de la Feria del Libro fue en el 2003 en la histórica plazuela El Recreo. En esta última edición, se cambió de escenario logrando superar en extensión y en actividades culturales a las anteriores.
Tomado de Andina.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...